
Menuda se ha armado con las polémicas, aunque no sé porqué deben ser consideradas así, declaraciones de la
Reina,
Doña Sofía, al respecto de varios
temas, cuyo
debate y
tratamiento, al parecer, siguen siendo
tabú, pero sólo en un
sentido.
Si se está a favor, no ya de la
homosexualidad en sí, sino de que las personas que lo son, contraigan
matrimonio, de que adopten
niños, del
aborto y de otros
temas similares, ningún
problema. Eres
moderno,
democrático,
liberal y una buena
persona.
Que conste que,
personalmente, me parece
perfecto que dos
personas homosexuales se casen. Que deseen, al igual que el resto de
parejas, tener
hijos y que luchen para que el
sistema les permita
adoptarlos ( muchos serán incluso, mejores
padres que otras
parejas hetero. No hay más que leer los
periódicos, para ser conscientes de ello ). Por supuesto, también me parece que el
aborto se debe permitir, salvo en
casos muy
concretos ( no quiero extenderme aquí porque en nada afecta a lo que aquí se comenta ). Más que a favor, sería más correcto decir que no tengo
problema alguno en que se haga, y que respeto, aunque no comparta, todas las
tendencias sexuales.
Vamos, más
clarito, que cada cuál haga con su vida lo que le venga en
gana, siempre que no interfiera o menoscabe la
libertad, lo que supondría
vulnerar sus legítimos
derechos, de aquellos que tenga a su alrededor.
Hasta aquí, todo
perfecto.
Ahora bien. Si una
persona, la que sea, incluyo a la
Reina, se manifiesta en contra de alguno de estos
temas, no entiende que alguien pueda ser
homosexual ( y esto no lo ha dicho la
Reina ), que el
aborto debe prohibirse ( tampoco lo dicho ), que no puede comprender que dos
personas del mismo
sexo contraigan
matrimonio ( a esa
pregunta, ha contestado que, en lo que no está de acuerdo, es en que se utilice el término “
matrimonio “ en ese tipo de
uniones ), o tengan
derecho a
adoptar niños, entonces la
reacción es bien
distinta.
Se le tacha de
fascista,
represor,
troglodita, jajaja,
dinosaurio,
facha,
dictador, y qué sé yo de cuantas cosas más. Y no es que nuestra
Reina no lo respete. Simplemente emite su
opinión al respecto. Está en
contra, pero no va más allá.
La
Reina, en una entrevista con
Pilar Urbano ( por cierto, se está
poniendo las botas, y aparece, a todas
horas y en todas las
cadenas de televisión, con
motivo de la
polémica en
cuestión ), se ha manifestado al respecto de algunos de estos
controvertidos temas. Y se ha armado la
gorda..Por una lado no está mal, así distraen al peronal, desviando su
atención lejos de los
temas realmente preocupantes en la
actualidad (
crisis,
paro,
educación,
inmigración,
sociedad, ... ) y, como cuando se celebra un
campeonato mundial, de
fútbol o
baloncesto, se
olvidan, momentáneamente, los
problemas reales y mucho más
cercanos.
Ya dicen algunos que ni siquiera debería emitir
juicios de valor al respecto. Que un
miembro, o
miembra, jajaja, de la
Familia Real no puede hacerlo. ¿ Y por qué narices no puede ?.
No es que
Doña Sofía se levantara por la mañana y, tras el desayuno, en un
arranque de
sinceridad, procediera a convocar una
rueda de prensa, mediante la que transmitirnos su
parecer. No. Se trata de una
entrevista, en el transcurso de la cuál, le han hecho una serie de
preguntas y las ha contestado. Insisto, ¿ por qué no hacerlo ?. Ella es
católica y ha contestado en
consecuencia.
No ha dicho que prohibiría
nada. Ha comentado que no está de
acuerdo. No es lo mismo. Que, para ella, la “
Familia Natural “, siempre ha estado compuesta de un
hombre y una
mujer. Que no considera que el
aborto sea
justo, pensando en el nuevo
ser al que se impide, de forma
drástica,
nacer. En resumen, cosas que, hace
tiempo no hubieran llamado, en absoluto, la
atención.
Si no
recuerdo mal,
Doña Sofía tampoco está muy de acuerdo con lo del
Ministerio de Igualdad,
¡¡¡ que vaya tela !!!, jajaja. Opina que los
puestos deben entregarse a quiénes,
fehacientemente, demuestren
capacidad suficiente para ocuparlos, ya sean
hombres y
mujeres, pero no repartirlos,
obligatoriamente, por
mitades, 10
hombres y 10
mujeres. Y en eso, debo decir que estoy totalmente de
acuerdo. Ese
Ministerio, y algún otro, cada
día que pasa, da
pruebas, y más
pruebas, de su
ineficacia y justifica,
plenamente, a los que, con mucha
razón, piden que deje de
existir.
¡¡¡ Pero ya de ya !!!, jajaja.
En primer lugar, creo que cualquiera puede
opinar al respecto de lo que guste. La
libertad es de y para todos. Por tanto, igual da que sea
Reina,
paje o e
mpleado de banca, jajaja, todos tienen el
derecho a expresarse al respecto de aquéllo que quieran.
En segundo lugar, si
unos se sienten
orgullosos de su
condición de
homosexual, solicitan sus
incuestionables derechos, y, con
frecuencia,
critican a los que se manifiestan,
abiertamente, en su
contra, los
otros ( y no me refiero a los de Amenábar, jajaja ), también tienen
derecho a
manifestar las
ideas derivadas de sus
principios ( lo hacen más los
primeros, incluso con
desfiles por las
calles, que los
segundos ). Es
curioso, existe el “
Día del Orgullo Gay “ y se suceden
manifestaciones en ese
sentido ( debo decir que
desfilan casi
desprovistos de
prendas de
vestir y lo llevan a cabo, como hace varios
meses, en pleno
centro de
Madrid, con
total y
absoluta libertad ). Sin embargo, a nadie se la ocurrido festejar el, por
ejemplo, “
Día del Orgullo Macho “, jajaja. La
opinión debe ser respetada, provenga de quién provenga. Faltaría más. Sin
violencias, sin
radicalismos, eso sí. Pero con
libertad para expresarla y, por supuesto, difundirla.
Insisto en lo que he dicho al principio, por si alguien pudiera interpretar mal estas palabras.
Respeto ambas
posiciones. Sólo
comparto una, y no es precisamente la de la
Reina. Pero las
respeto profundamente.
Espero que las
aguas se tranquilicen y no se dé a estas
declaraciones más
importancia de la que realmente y nunca mejor dicho, tienen. Es, sencillamente, una
opinión más. No va en contra de la
libertad de nadie. Si no se permitiese a
Doña Sofía hacerlas, o a
Doña Pilar Urbano difundirlas, sí se estaría
vulnerando el
derecho a la
libertad de expresión. Algo así, no puede permitirse en un
Estado de Derecho. Yo al menos, no lo
admito.