ESTE HOMBRE NECESITA URGENTEMENTE NUESTRA AYUDA.
Aquí le tenéis. Le conocen con el cariñoso apelativo de " El Centralero ". Es un hombre agotado, esclavizado por su extenuente trabajo diario, asombrado por los cientos de personas que acuden a su negocio y que, al parecer y según su opinión, tienen la inmensa suerte de no necesitar trabajar para vivir, encerrado entre cuatro paredes, sin posibilidad de escape, abrumado por sus circunstancias, uniformado desde que se levanta hasta que se acuesta, con los ojos cansados, vidriosos, y siempre a punto de cerrarse a causa de ese inevitable y justificado sueño que invade todo su cansado cuerpo y al que se resiste con todas sus fuerzas, y empleando un inusitado vigor ( digno del mejor y más robusto Espartano ).
Le he comentado la posibilidad de dar a conocer su extrema situación, aprovechando mi Blog para ello. Y lo ha aceptado sin dudar. De esta forma, desea ayudar a los demás, y que nadie pase por el calvario que sufre desde hace ya tantos años. Que aprendan a no entrar en la vorágine de trabajo y desolación, en la que él, por desgracia, se haya inmerso y de la que no ve salida posible.
Me ha permitido que le tomara la foto que encabeza el post y su posterior publicación, para, de esta manera, probar que su amarga situación laboral es completamente real, como lo es su tremendo agotamiento físico y mental. Observad cómo la mesa, en la que ha comido frugalmente hace apenas unos segundos ( es bien sabida su asombrosa facilidad para conciliar el sueño, jajaja ), sirve de improvisado sostén para ese robusto y, a la vez, cansado brazo, con el que, a duras penas, consigue mantener sujeta la cabeza e impedir que impacte brutalmente contra la dura madera ( la cuál atravesaría seguramente, jajaja ). Le he fotografiado, conteniendo las lágrimas que empezaban a aflorar de mis ojos, ante tal escena digna de ser plasmada por Goya y no por mí, con todo mi cariño y el gran respeto que situaciones así me merecen.
Considero justo y necesario, que le transmitáis todo vuestro apoyo, y yo, a su vez, se lo comunicaré y le haré saber vuestro muchos mensajes ( o eso espero ) de solidaridad. Serán un gran consuelo para él y conseguiréis elevar su ánimo y que se siga enfrentando valerosamente a sus obligadas tareas diarias.
Dicho lo cuál, y expuesta su situación lo más objetivamente que me ha sido posible, paso a expresar mi opinión personal. Somos amigos y, siempre contando con su consentimiento expreso, otorgado ante testigos, paso a reflejar esa realidad, según la veo yo, jajaja.
La jornada laboral de mi amigo " El Centralero ", tal y como hemos acordado mutuamente que apareciera nombrado en el post, comienza a las 9 y media de la mañana, hora en la que se levanta de la cama, se ducha, se peina ( cuestión de segundos, pues no hay mucho que peinar, como se puede apreciar en la foto ), se pone su camisa blanca y su pantalón negro ( uno distinto cada día ), y recorre los 20 metros escasos que separan su vivienda del Local en el que desarrolla tan extenuante y frenética actividad, jajaja. Abre las puertas al público a las 10, con la mañana bien entrada, jajaja, y, dedica una hora a preparar unas, eso sí, sabrosas tortillas, únicas en el mundo ( no exagero nada ). Pasada esa interminable hora de trabajo, se sienta en una de las banquetas distribuidas por el Local, y entabla conversación con el nutrido grupo de clientes habituales y amigos que acuden a degustar esas maravillosas tortillas ( normales, de chistorra, de chorizo, con escabeche y, su gran especialidad, las tortillas paisanas, todo un lujo destinado a los paladares más exquisitos ).
Tras un par de horas de animada conversación, llega la hora de la comida, que ya ha preparado su hacendosa y simpática mujer, se sienta en la mesa ( que luego le servirá de apoyo ), y empieza a comer con gran apetito ( normal, lleva un montón de horas trabajando, jajaja, y como se ha levantado con el sol, tiene un hambre feroz ). Tras tomarse, de postre, un heladito ( o sea, un cono tamaño familiar ), y sin que transcurran más de 20 o 25 segundos, entra en un completo estado de shock, jajaja, como se puede apreciar en la foto. Varias personas se sientan a su lado, mueven de forma ruidosa las sillas, fuman de su tabaco, le saludan infructuosamente, se preparan cafés en una máquina próxima, varios objetos golpean contra el suelo, ... . No importa, su completamente justificado y profundo sopor, impide que su consciencia ( o lo,poco que queda de ella ) consiga captar la estrepitosa realidad que le rodea, jajaja. Es impactante ver como mantiene el equilibrio en la silla, a pesar de los continuos y peligrosos vaivenes que experimenta su cuerpo y le hacen desequilibrarse. Más de una vez, he salido corriendo, al creer que iba directo al suelo y con la sana intención de impedirlo. Pero nunca ha sido necesario. Es como si un potente imán, le mantuviera totalmente anclado a la mencionada silla.
Sobre las cinco y media de la tarde, como un reloj y con meridiana precisión, jajaja, se despierta sin necesidad de motivación externa alguna. Se dirije, sin dudarlo y con firme decisión, hacia la banqueta, hasta hace poco ocupada por su hermano, y le sustituye en esa misma posición. Detrás de ella, hay una columna estratégicamente situada, en la que consigue apoyar su dolorida espalda e, incluso, echa alguna que otra cabezadita, aunque resulte igualmente incomprensible, la forma en la que milagrosamente y día tras día, consigue mantener el equilibrio y, a veces, hace que temamos seriamente por su seguridad.
Cuando dan las 10 de la noche, se cierra el Local y, de nuevo, recorre esos 20 metros que le separan de su querido y añorado hogar.
Como siempre me insiste en lo mucho que trabaja y, de paso, en lo poco que lo hago yo, me he molestado en hacer unos pequeños cálculos, que han arrojado el siguiente resultado.
1.- Los martes libra.
Le he comentado la posibilidad de dar a conocer su extrema situación, aprovechando mi Blog para ello. Y lo ha aceptado sin dudar. De esta forma, desea ayudar a los demás, y que nadie pase por el calvario que sufre desde hace ya tantos años. Que aprendan a no entrar en la vorágine de trabajo y desolación, en la que él, por desgracia, se haya inmerso y de la que no ve salida posible.
Me ha permitido que le tomara la foto que encabeza el post y su posterior publicación, para, de esta manera, probar que su amarga situación laboral es completamente real, como lo es su tremendo agotamiento físico y mental. Observad cómo la mesa, en la que ha comido frugalmente hace apenas unos segundos ( es bien sabida su asombrosa facilidad para conciliar el sueño, jajaja ), sirve de improvisado sostén para ese robusto y, a la vez, cansado brazo, con el que, a duras penas, consigue mantener sujeta la cabeza e impedir que impacte brutalmente contra la dura madera ( la cuál atravesaría seguramente, jajaja ). Le he fotografiado, conteniendo las lágrimas que empezaban a aflorar de mis ojos, ante tal escena digna de ser plasmada por Goya y no por mí, con todo mi cariño y el gran respeto que situaciones así me merecen.
Considero justo y necesario, que le transmitáis todo vuestro apoyo, y yo, a su vez, se lo comunicaré y le haré saber vuestro muchos mensajes ( o eso espero ) de solidaridad. Serán un gran consuelo para él y conseguiréis elevar su ánimo y que se siga enfrentando valerosamente a sus obligadas tareas diarias.
Dicho lo cuál, y expuesta su situación lo más objetivamente que me ha sido posible, paso a expresar mi opinión personal. Somos amigos y, siempre contando con su consentimiento expreso, otorgado ante testigos, paso a reflejar esa realidad, según la veo yo, jajaja.
La jornada laboral de mi amigo " El Centralero ", tal y como hemos acordado mutuamente que apareciera nombrado en el post, comienza a las 9 y media de la mañana, hora en la que se levanta de la cama, se ducha, se peina ( cuestión de segundos, pues no hay mucho que peinar, como se puede apreciar en la foto ), se pone su camisa blanca y su pantalón negro ( uno distinto cada día ), y recorre los 20 metros escasos que separan su vivienda del Local en el que desarrolla tan extenuante y frenética actividad, jajaja. Abre las puertas al público a las 10, con la mañana bien entrada, jajaja, y, dedica una hora a preparar unas, eso sí, sabrosas tortillas, únicas en el mundo ( no exagero nada ). Pasada esa interminable hora de trabajo, se sienta en una de las banquetas distribuidas por el Local, y entabla conversación con el nutrido grupo de clientes habituales y amigos que acuden a degustar esas maravillosas tortillas ( normales, de chistorra, de chorizo, con escabeche y, su gran especialidad, las tortillas paisanas, todo un lujo destinado a los paladares más exquisitos ).
Tras un par de horas de animada conversación, llega la hora de la comida, que ya ha preparado su hacendosa y simpática mujer, se sienta en la mesa ( que luego le servirá de apoyo ), y empieza a comer con gran apetito ( normal, lleva un montón de horas trabajando, jajaja, y como se ha levantado con el sol, tiene un hambre feroz ). Tras tomarse, de postre, un heladito ( o sea, un cono tamaño familiar ), y sin que transcurran más de 20 o 25 segundos, entra en un completo estado de shock, jajaja, como se puede apreciar en la foto. Varias personas se sientan a su lado, mueven de forma ruidosa las sillas, fuman de su tabaco, le saludan infructuosamente, se preparan cafés en una máquina próxima, varios objetos golpean contra el suelo, ... . No importa, su completamente justificado y profundo sopor, impide que su consciencia ( o lo,poco que queda de ella ) consiga captar la estrepitosa realidad que le rodea, jajaja. Es impactante ver como mantiene el equilibrio en la silla, a pesar de los continuos y peligrosos vaivenes que experimenta su cuerpo y le hacen desequilibrarse. Más de una vez, he salido corriendo, al creer que iba directo al suelo y con la sana intención de impedirlo. Pero nunca ha sido necesario. Es como si un potente imán, le mantuviera totalmente anclado a la mencionada silla.
Sobre las cinco y media de la tarde, como un reloj y con meridiana precisión, jajaja, se despierta sin necesidad de motivación externa alguna. Se dirije, sin dudarlo y con firme decisión, hacia la banqueta, hasta hace poco ocupada por su hermano, y le sustituye en esa misma posición. Detrás de ella, hay una columna estratégicamente situada, en la que consigue apoyar su dolorida espalda e, incluso, echa alguna que otra cabezadita, aunque resulte igualmente incomprensible, la forma en la que milagrosamente y día tras día, consigue mantener el equilibrio y, a veces, hace que temamos seriamente por su seguridad.
Cuando dan las 10 de la noche, se cierra el Local y, de nuevo, recorre esos 20 metros que le separan de su querido y añorado hogar.
Como siempre me insiste en lo mucho que trabaja y, de paso, en lo poco que lo hago yo, me he molestado en hacer unos pequeños cálculos, que han arrojado el siguiente resultado.
1.- Los martes libra.
2.- Cierra unos 30 días al año.
3.- Horas de trabajo reales diarias en base a lo expuesto más arriba: 6. Aunque, eso sí, las horas de permanencia en el puesto de trabajo, serían 12 ( de diez a diez ).
Resultado: de los 365 días que tiene el año, tendríamos que descontar unos 100 días. De manera que los días completos trabajados, a jornada completa, sumarían, anualmente, 265.
En fin, con estas palabras, lo que pretendo es animarle y que continúe con la importante y fundamental labor que realiza, que vea la vida de otro color ( aunque lo cierto es que siempre está con una sonrisa en la boca ), conseguir que abandone, de una vez por todas, esa contraproducente idea de retirarse del mercado laboral, pasando así a engrosar las bien nutridas filas del INSERSO, jajaja, que siga muchos años cocinando esas jugosas e insustituibles tortillas. Sinceramente, es imposible encontrarlas mejores en ningún otro lugar. Si alguien está interesado y le gustan las tortillas, que contacte conmigo y yo le indicaré la forma de llegar hasta ellas y, de paso, conocer de cerca a mi querido " Centralero ".
Un abrazo amigo y gracias por ese inmejorable sentido del humor que tienes, que me ha permitido publicar este humilde post sobre tu persona, y con el que, aunque tú digas lo contrario, te levantas cada mañana. Por favor, no dejes nunca de trabajar, al menos durante los próximos 20 o 30 años, jajaja.
Resultado: de los 365 días que tiene el año, tendríamos que descontar unos 100 días. De manera que los días completos trabajados, a jornada completa, sumarían, anualmente, 265.
En fin, con estas palabras, lo que pretendo es animarle y que continúe con la importante y fundamental labor que realiza, que vea la vida de otro color ( aunque lo cierto es que siempre está con una sonrisa en la boca ), conseguir que abandone, de una vez por todas, esa contraproducente idea de retirarse del mercado laboral, pasando así a engrosar las bien nutridas filas del INSERSO, jajaja, que siga muchos años cocinando esas jugosas e insustituibles tortillas. Sinceramente, es imposible encontrarlas mejores en ningún otro lugar. Si alguien está interesado y le gustan las tortillas, que contacte conmigo y yo le indicaré la forma de llegar hasta ellas y, de paso, conocer de cerca a mi querido " Centralero ".
Un abrazo amigo y gracias por ese inmejorable sentido del humor que tienes, que me ha permitido publicar este humilde post sobre tu persona, y con el que, aunque tú digas lo contrario, te levantas cada mañana. Por favor, no dejes nunca de trabajar, al menos durante los próximos 20 o 30 años, jajaja.
5 comentarios:
Pues no estaría mal hacerte una visita a tu pueblo y pasarnos por allí.
Tal y como describes esas tortillitas, me apunto a hacerte una visita a tu pueblo para un mano a mano.
Eso está hecho. Hablamos.
Parece que se esta pinchando
No hombre, no se está pinchando, jajaja. Está reposando, lo necesita el pobre.
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