H. DE G.. CAPÍTULO SIETE : INTERNET ? ... NOOO. GORRINET.

Una soleada mañana de domingo, mi querido amigo, se acercó al Quiosco de Prensa, con la sana intención de comprar el periódico. Concretamente, el ABC ( je, je ). Llamó poderosamente su atención, un cartón extraordinariamente grande, en el que pudo leer : " Internet e Infovía al alcance de todos. Kit de autoinstalación ".

Sabedor de que su potencial se encontraba en máximos ( recordemos que últimamente cumplía cualquier objetivo que se marcaba, Carnet, Ordenador, ... ), salió corriendo a enchufar aquello en su ordenador y acceder de inmediato a la Red de Redes. De inmediato no pudo ser ( como ya habréis supuesto ), pero el miércoles de la siguiente semana, una vez que se aprendió de memoria el manual ( tras arrojarlo en la misma habitación que ya recibió al del Ordenador ), y consiguió que el modem y el ordenador se emparejaran mediante los correspondientes cables, apretó el boton para realizar la conexión. Tras varios intentos, y sus consiguientes llamadas al Servicio Técnico de Teléfonica, allí estaba Internet, toda para él.

Me llamó y me comentó maravillas al respecto de la Red, lo barato que le había salido el Kit, lo fácil que le resultó instalarlo, y un montón de excelencias más. Según él, había entrado en la web de Disney ( sí, fue de las primeras que visitó ), y contemplado en " riguroso directo ", un concierto de Elton John y " en estéreo ".

Mi curiosidad hizo que me comprara el mismo paquete de instalación : Manual, ¡¡¡ Modem a 14.400 Bytes !!! y una Revista. No sólo no conseguí ver conciertos en directo, lo que intuía que no era posible dada la velocidad del modem, sino que para cargar las páginas, empleaba unos trres minutos de media. Unas rayas horizontales iban apareciendo en la pantalla, hasta que se completaba. Un horror, comparado con las velocidades actuales. Pero era lo único que había hace diez u once años. Y además, supuso mi primer contacto con Internet, que no es poco.

A cambio, no había tantos virus como ahora, ni tantas actualizaciones. Todo era más sencillo.

Nota: ¡¡¡ Vaya mosqueo que tengo con el maldito contador de las narices !!!.