MULTADO CON 60 EUROS, POR COMER UN CRUASÁN AL VOLANTE.
Reconstruyamos la escena y los hechos. Doce de la mañana. Calle Aragó, en Barcelona. Un hombre, con su Mazda descapotable, viendo que el semáforo se pone en ambar, en lugar de acelerar, como muchos hacen, detiene su bonito vehículo. Un Agente de la Guardia Urbana, también de Barcelona ( supongo que las siglas serán G.U.B. ), le observa atentamente, sin que D. Jordi Juanola, que así se llama el conductor, se percate de ello.
Jordi, mira el asiento del copiloto. En él se encuentran depositados varios cuernos de cruasán, recién salidos del horno. Decide emplear la monótona espera, hasta que el semáforo se ponga en verde, en degustar alguno. Sin poder resistirse a la tentación, extiende su brazo derecho y se lleva a la boca el más cercano. Justo en ese placentero momento, el Señor Guardia se acerca, de repente, sin previo aviso y con cierta alevosía.
¿ Se puede saber qué está haciendo ?, le pregunta al Sr. Juanola. Éste, asombrado, le responde que está esperando a que se abra el semáforo. ¿ No sabe que está prohibido comer mientras se conduce ?, ... . Resultado: Multa de 60 Eurazos por comerse el cruasán. Si es que, con el disgusto, pudo terminarlo, jajaja.
Y digo yo, ¿ no estaba parado ?. La prohibición de comer, ¿ no será para cuando se está circulando ?. Un cruasán se come en no más de medio minuto, y, si hay prisa, seguro que se puede mejorar esa marca. Si le hubiera multado mientras conducía, con el cruasán en la boca, la multa sería justa. Pero en este caso, la encuentro totalmente inapropiada. ¿ Habrá perdido muchos puntos ?.
Mientras esperaba a que se pusiera verde el semáforo, simplemente aprovechó para tomar un minúsculo piscolabis. ¿ Afecta eso a la seguridad del tráfico ?. ¿ Le hace perder reflejos el cruasán ?. Rotundamente no. No será la primera vez que, mientras me encuentro en una situación similar, he aprovechado para comer algún que otro Sandwich de " Rodilla ". Uno por semáforo, jajaja. A partir de ahora, andaré con ojo.
Menos mal que lo que se comía era un cruasán. Si llega a ser una palmera gigante, de esas que venden en algunas pastelerías, D. Jordi no hubiera tenido puntos suficientes en su Carnét, para responder de su supuesta negligencia al volante.
2 comentarios:
jajaja. Que bueno, de verdad. Si es que estamos a la última en seguridad ciudadana.
Eso es que el Guardia se levantó con el pie izquierdo y tenía que pagarla con alguien... xD
Eso, o que le sentó mal ver comer un cruasán tan rico.
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