LOS HIJOS NO SON NUESTROS AMIGOS.

Menuda se ha armado. Resulta que el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, D. Arturo Canalda, ha estado “ espiando “ a sus hijos. Para averiguar lo que hacían, o dejaban de hacer, en Internet, dio de alta un perfil suyo en una red social de ésas que tan de moda están entre los jóvenes, para saber cómo se comportaban allí sus retoños.

Tantas, y virulentas, críticas ha recibido, que ha considerado oportuno buscar una serie de excusas al objeto de justificar tan “ vil “ acción por su parte ( así la consideran unos cuantos bocazas ). La última, que lo hizo con consentimiento de sus pequeños.

No es sino otra soplapollez más, con perdón, de las que, por desgracia, estamos oyendo a diario en este maltrecho País. En mi opinión, el Sr. Canalda hace mal excusándose ante la opinión pública, y, por descontado, ante estos “ tontos a las tres, a las cuatro y a las cinco “, como si hubiese cometido algún tipo de delito. No lo ha hecho. Al contrario, estaba cumpliendo con su obligación como padre.

Está claro que hay que ser respetuoso con la intimidad de los demás y no vulnerarla bajo ningún concepto. Pero nuestros hijos no son los demás. Nunca deben serlo.

Hoy, en “ El Mundo “, Arcadi Espada, en un editorial excelente al respecto, se manifestaba en el mismo sentido. No podemos hablar de “ espiar “ si nos estamos refiriendo a nuestros hijos. Es más, considero, al igual que él, nuestra ineludible obligación estar enterados, de cabo a rabo, de todas y cada una de las actividades que realizan nuestros pequeños, en Internet, en la calle, en su Colegio, Instituto, o en el lugar que sea. Lo contrario, sería una auténtica irresponsabilidad de consecuencias probablemente gravísimas. Pudiera darse el caso, supuesto claro está, de que nuestro pequeño querubín, y amigo, no nos olvidemos, fuese el flamante líder de una banda de, por ejemplo, neonazis, o de cualquier otra cuyo objetivo sea hacer daño, ya sea a las personas o a las cosas, en su Instituto, y nos enterásemos cuando viniera la Guardia Civil a buscarle para llevarle al cuartelillo. Y no hablo de un caso hipotético. Ya le ha pasado a más de uno.

Estas redes sociales constituyen un auténtico peligro si se utilizan mal. Y así lo hacen muchos jóvenes. Sin control de ninguna clase. No será la primera vez que un atribulado padre, descubre que su hija enseña su cuerpo desnudo, utilizando dicho medio, a cualquiera que se le antoje mirar su perfil o contactar con ella mediante el famoso Messenger. Tampoco será la primera vez que, bien un chico o una chica, que para el caso es igual, se cita a ciegas con el primer desconocido al que se ha encontrado en un chat. Y es que, digan lo que digan estos auténticos descerebrados, los niños son niños.

Lamentablemente, estamos ya acostumbrados a ser testigos de numerosos y violentos sucesos relacionados con este tipo de actividades. El resultado: violaciones, experiencias frustrantes, palizas e incluso asesinatos. No considero necesario dar nombres. Muchos aparecen reflejados en escalofriantes titulares de periódicos. Y otros, los conocemos más de cerca, por haber sucedido en nuestra localidad de residencia.

Pero claro, hay muchos mal llamados “liberales “ o “ progres “, que defienden a ultranza que los niños deben tener lo que ellos llaman “ espacio privado “. Espacio que, siempre según su desafortunada opinión, debe permanecer oculto, y utilizarse a espaldas de sus padres. Mantienen que no son sus hijos, que quieren que sean sus amigos, y así tener más confianza con ellos. Y lo que consiguen es justamente lo contrario. Los hijos son hijos. Y los amigos, amigos. A los amigos, hay que repetarles su intimidad. A los hijos, no.

No conocen a sus hijos. Comparten la misma vivienda, pero son auténticos extraños entre sí. No saben nada acerca de las actividades que desarrollan, ni de las amistades que frecuentan. Les dejan conectarse a Internet sin el menor control por su parte. Permiten que vean, en privado, y en su propia habitación ( así les molestan menos, claro está ), los programas que les dé la real gana. Y todos sabemos que, en la actualidad, pocos espacios televisivos son realmente adecuados para ellos. De esta manera, visionan series nefastas y nauseabundas ( en las que se dan como buenas y normales, cosas y situaciones que no lo son en absoluto ), que para nada les conviene ver. Permanecen despiertos hasta altas horas de la madrugada. Conocen a todos y cada uno de los contertulios de espeluznantes y grotescos esperpentos, como ese asqueroso “ Sálvame “ o el otro gran bodrio llamado “ Gran Hermano “.

Salen con quien quieren y a la hora que quieren, da igual que sea época lectiva o de vacaciones ( sus temerarios padres son de la errónea y peligrosa opinión de que, ya con doce o trece años, incluso menos, están suficientemente preparados para ello ). Traen, como resulta evidente, un buen montón de suspensos a casa, pero da igual. Como han dejado de ser nuestros hijos, y se han convertido en amigos, no pasa nada.

Luego, cuando ya no hay remedio, algunos intentan corregir la situación que ellos mismos han provocado. Cuando, tras darles toda la confianza que un amigo merecería, han permitido a su hija, o hijo, que ya he dicho que para el caso da igual, salir con absoluta libertad, realizar todas las actividades descritas anteriormente, y casi obligarles, en cierta manera, a comportarse como adultos, que claramente no son, haciéndoles partícipes y compartiendo con ellos temas y problemáticas que de ninguna forma les corresponde analizar ni juzgar aún ( convirtiéndoles así en una especia de precoces cotillas ), intentan, en el mejor de los casos ( algunos siguen “ erre que erre “, obstinados en que llevan la razón ), dar marcha atrás y empezar a ejercer ese control. Pero ya es tarde en la mayoría de los casos.

Luego, con llevarse la mano a la cabeza con lo que les ha sucedido a sus hijos, o con lo que éstos han sido capaces de hacer a otras personas, parece que arreglan algo. Pero no, no lo arreglan. Ya no hay arreglo posible. Se han comportado como auténticos inconscientes, y han conseguido destrozar la vida de sus amigos, o sea, de sus propios hijos, Pero claro, de cara a la galería, que es la cara que más les gusta ofrecer y emplear a todos estos falsos, equivocados y mal llamados “ liberales “, piensan que ofrecen una buena imagen. Pues no. Están ofreciendo una imagen, sí. Pero no la que pretenden, sino la de unos, insisto, inconscientes e inmaduros padres que, desafortunadamente, no tienen la menor idea de educar apropiadamente a sus hijos.

Aún manteniendo el máximo celo y cuidado, preocupándote de ellos, nadie puede asegurar que no resulten dañados de alguna forma, ya sea por influencias externas, amistades, o situaciones fortuitas. Pues imaginad lo que conseguiremos si no les prestamos la atención que requieren y, como amigos nuestros que dicen que son, les dejamos que obren según su libre albedrío.

Las consecuencias serán, además de imprevisibles, nefastas en la mayoría de los casos. Que no os quepa la menor duda.

PERDIDOS ( LOST ) , PRISON BREAK , SPARTACUS , HÉROES, EL MENTALISTA , FLASHFORWARD, LOS SOPRANO, ROMA , ... TODAS LAS SERIES, TEMPORADAS Y EPISODIOS.

Ya no es necesario estar pendientes de la programación de las Cadenas, a la hora de elegir el cómo y cuándo ver nuestra serie favorita. Desde hace varios años, mediante Internet, podemos acceder a cualquiera de ellas. Ver on-line el episodio que deseemos, o incluso descacargarlo para un posterior y cómodo visionado, es posible y lo tenemos a un simple clik , o dos como mucho, de nuestro ratón.

Por supuesto, en HD ( Alta Definición ), y sin los molestos anuncios comerciales. Ya vienen todo convenientemente preparado.

Si somos un poquito impacientes, podremos conseguir esos capítulos antes de que se emitan en España. En versión original, eso sí. Pero, y este hecho es el que más sorpresa me causaba ( y digo “ me causaba “, porque ahora ya creo saber la razón de tanto esfuerzo sin contraprestación alguna ), con sus subtítulos traducidos, con mayor o menor fortuna según los casos, al castellano.

No comprendía cómo, tras la emisión del correspondiente capítulo de, por ejemplo, la serie Perdidos ( Lost ), al día siguiente, incluso pocas horas después, alguien lo había colgado ya en Internet. Pero no contento con ello, él, o vete a saber quién más, había traducido los diálogos y elaborado los subtítulos en castellano.

La explicación parece bastante sencilla. Por lo que de podido leer en otros sitios, y, supuestamente, les dan dinero a cambio, dependiendo del número de subidas que completen, para que luego, muchos españolitos, disfruten, éstos de forma completamente gratuita, de ese arduo y, en principio, gratuito y desinteresado trabajo.

Esas subidas se alojan, y este hecho no es supuesto ni discutible en modo alguno, en determinados servidores ( como Megaupload, Gigasize, Hotfile, Megavideo, o Rapidshare ), que, a su vez, ofrecen las descargas de los archivos, bien de forma gratuita, aunque muy limitadas en cuanto a su velocidad y tamaño a descargar, o, y ahí se encuentraría su beneficio real ( y por ello pagan, supuestamente insisto, a los que se ocupan de suministrar tales series o películas ), en mediante lo que denominan “ Cuentas Premium “. Los usuarios de tales cuentas, o sea los internautas que están dispuestos a pagar por ese servicio, abonan una cuota, mensual o anual, a esas Empresas, y, de esta forma, obtienen acceso ilimitado ( sin límites de descargas o tamaño ) a todos los archivos allí alojados, que son millones y millones. ¡¡¡ Esto sí es una tarifa plana, y no la de Telefónica !!!.

Yo mismo ( siempre teniendo en cuenta que si lo he hecho, ha sido por documentarme bien, antes de escribir el presente post ), me he bajado, sin pagar ni un solo céntimo de euro, algunos ( como los de “ Perdidos “ y “ Prison Break “), siendo posible visionar temporadas completas, meses antes de su emisión por una cadena española.

Están todas, clásicas y modernas: Sexo en Nueva York, Perdidos, Héroes, Roma, Los Soprano, El Mentalista, Bones, Crónicas Vampíricas, Las Crónicas de Sarah Connor, Flashforward, Missión Impossible, Hawai Five-0, Viaje al fondo del mar, Los Protectores, El Santo, Los Invencibles de Némesis, Ironside, Perry Mason, Los Hombres de Harrelson, Jim West, Tierra de Gigantes, Dimensión desconocida, El Fugitivo, Kung-Fu, Bonanza, El hombre del rifle, Mannix, Corrupción en Miami, Viaje al fondo del mar, Starskey y Hutch, Thunderbirds, Capitán Scarlet, UFO, Perdidos en el Espacio, Espacio 1999, ... .

En lo que respecta a estas últimas series mecionadas, que son auténticos y maravillosos clásicos, y que superan con creces a las actuales, Internet supone la única forma de tener ocasión de disfrutarlas de nuevo. Muchas de ellas, ni siquiera están editadas en DVD.

Y esta situación, como muchos ya sabréis, no se limita a las series. Se pueden encontrar, en castellano unas y en versión original con subtítulos, otras ), películas que aún no han sido estrenadas en nuestras salas cinematográficas. La calidad de las imágenes es similar a la de un DVD, pero el sonido suena a lata de conservas ( mezclan la imagen procedente de un DVD, incluso de un Blu-Ray, obtenido y pirateado, casi siempre, en otros países, sobre todo del Este, con el asqueroso sonido grabado con un micro, bastante barato y sencillito si tenemos en cuenta sus desastrosos resultados, en una Sala de Cine española o sudamericana ). Personalmente, prefiero esperar a verlas y oírlas como se merecen, en un cine o, en el peor de los casos, en el mecionado formato de DVD. Las llaman, dependiendo de su mayor o menor calidad y del formato del que procedan, DVD-Screener ( la imagen procede de un DVD ), BR- Screener ( de un Blu-Ray ) o TS-Screener ( grabada, cámara digital en mano, directamente de una Sala de Cine ).

¡¡¡ Menudo chollo han encontrado estos esforzados “ subidores “ de películas y series !!!. Incluso aparecen sus nicks, en el nombre del archivo que contiene el video en cuestión. Al parecer, también son bastante presumidillos estos aventajados e inteligentes seudo-informáticos.

DE COTILLAS E INDECENTES.

Hoy, hace unos minutos para ser más exacto, tras recibir en mi despacho la visita de un cliente, y además amigo, que me ha relatado, bastante disgustado y, por otra parte, muy angustiado, la difícil situación por la que está atravesando, provocada por terceras y malintencionadas personas, me he cabreado un montón. Y mira que procuro, y casi siempre consigo, evitarlo en lo posible. Me gusta ser respetuoso con los demás, razonable y abierto al diálogo. Y, quizá por eso, también desde que tengo uso de razón, he sentido auténtico “ asco “ ante tales situaciones, provocadas por ciertos, y muy desagradables, seres humanos, que se encuentran inmersos en esa autodestructiva locura que supone el vivir pendientes de lo que hacen, tienen o dejan de tener los demás, de si su vecino goza de mejor o peor situación económica ( sin valorar, en ningún momento, si ellos mismos trabajan lo suficiente como para lograr una parecida, o bien, como suele ser habitual, se limitan a aplicar la tan extendida " Ley del mínimo esfuerzo ", sin parar, eso sí, de lamentarse acerca de lo injusta que es la vida con ellos ), de lo que les falta a sus hijitos para llegar a poseer lo mismo ( sin tampoco pararse a pensar en si realmente lo necesitan ), o más si es posible, que los del resto de mortales que habitan en la Tierra o, cuando menos, en su barrio o localidad de residencia. Piensan, erróneamente, que así conseguirán ser más felices. Casi seguro que cuentan con lo necesario para serlo, pero ellos son incapaces de comprenderlo. Siempre necesitan más y se les revuelven, literalmente, las tripas al ver que alguien vive, siempre según su muy discutible opinión, mejor.

Y claro, se fijan, precisamente, en aquéllos que, o al menos eso es lo que su calenturienta mente imagina ( sin conocer realmente su real y verdadera situación ), poseen más que ellos. No se paran a reflexionar en lo que verdaderamente importa : la familia, la inmensa suerte de que todos sus miembros gocen de buena salud, la tragedia que viven algunos padres con hijos enfermos, la de maridos con sus mujeres hospitalizadas o viceversa. Pero claro, éstos desafortunados padres no tienen tanto tiempo que dedicar a amargarse o a cotillear y sólo piensan, como es lógico, en pasar el mayor tiempo posible con sus seres queridos, sin intentar molestar, insultar o difamar a nadie.

Eso no les importa en absoluto. Pasan los días completamente amargados, absolutamente obsesionados por llegar a tener más, no importa qué, pero más, mucho más que los otros. Y, lamentablemente, llegan incluso a contagiar a sus hijos de tan insana, nauseabunda e inútil codicia.

No contentos con ello, dedican, casi en su integridad, sus reuniones sociales por llamarlas de alguna forma, ya sean amistosas o familiares, a criticar, despellejar y poner " a caer de un burro ", a esas personas, cuyo único delito en la vida ha sido caer mal, por las razones antes mencionadas, a estos patéticos enfermos, necesitados de una urgente visita al especialista apropiado o, casi mejor, ingresar en el psiquiátrico de turno. Son incluso tan inconscientes, que hasta mezclan a los niños en tan didácticas conversaciones que, aunque insanas, debieran circunscribirse únicamente a este irresponsable tipo de adultos, y, a pesar de, o precisamente por, su corta edad, los pequeños entran en ese asqueroso e incesante juego de mentiras, falsedades y calumnias, imitando la conducta de los " papis ", en sus propias relaciones con amigos. Les convierten así en penosos contertulios, al igual que acostumbran hacer ellos mismos, de una especie de versión callejera de ese espanto llamado “ Sálvame De Luxe “, programa con el que, a buen seguro, disfrutan un montón, tanto los unos como los otros. Un auténtico esperpento. Ellos no lo saben, pero les están haciendo un flaco favor, y la imagen que esos niños están ofreciendo y la que darán, en un futuro más próximo de lo que imaginan, en lo relativo a su educación y formación, dejará mucho que desear.

Aunque parezca incréible, no tienen más temas de conversación. O hablan de fulanito, o de menganito, pero siempre en forma despectiva, culpándoles de lo que sea, sin estar ellos presentes, claro está, y echándoles en cara un sinfín de necedades. Y lo peor es que no les faltan oyentes. Éstos, aunque no sepan de que va la historia y sin prueba fehaciente alguna que corrobore tales afirmaciones, se limitan a darles la razón. Además, sin contrastar en modo alguno tan " veraz " información recibida, la dan como buena y. como disponen de muchísimo tiempo libre que no saben en qué emplear, se dedican a ir pregonándola, sin importarles el lamentable daño que pudieran estar ocasionando a gente completamente indefensa. Eso sí, normalmente, acaban discutiendo entre ellos mismos, antes o después. Incluso se critican, cuando entablan conversaciones en reuniones con otros " amigos " diferentes.

Hoy ya había escrito un post y además de los que más me gusta escribir. Banalidades y cosillas de ámbito doméstico, que me encanta contar, siempre con sentido del humor, que es como hay que tomarse esta vida que tan rápido se nos escapa. Pues bien, a raíz de la historia que ha compartido ( le agradezco su confianza al hacerlo ), este cliente que he mencionado al principio, de la que, por cierto, ya tenía ya constancia por otros medios que no vienen al caso, en la que me exponía, bastante deprimido, la desagradable situación que está sufriendo, muy similar a las aquí expuestas ( en pocas palabras, le han hecho la vida imposible unos cuantos figuras como los que he retratado en los párrafos anteriores ), y recordando alguna otra que, en contra de mi voluntad, he vivido en primera persona, me he pillado un soberano cabreo, y no he tenido más remedio que escribir al respecto.

Así parece que se me pasa un poquito el enfado.

Le he hecho una recomendación muy sencilla : lo mejor es apartarse, en la medida de lo posible, de esas personas que, dicho sea de paso, son fáciles de reconocer. Suelen tener el rostro contraido por tanta amargura como soportan a diario, y, además, un montón de problemas en su propia casa. Y no hablo de problemillas comunes, como pudieran ser los meramente económicos que, salvo casos extremos, no se les debería dar una importancia que seguramente no tienen, sino de otros bastante serios y muy personales, a los que son incapaces de enfrentarse en forma adulta y responsable. En cierto modo, se comportan como auténticos, malcriados y envidiosos críos. Parece que no han logrado madurar lo suficiente. Están aquejados de un incomprensible complejo de inferioridad del que también sería recomendable se tratasen.

Y, para olvidarse de sus propias miserias, y de los mencionados problemas, en vez de hacerlos frente, se dedican, como ya he dicho, a pregonar las de los demás, incluso cuando éstas sean del todo inciertas. Yo les recomendaría, muy encarecidamente, que empleasen ese tiempo que al parecer les sobra, a la lectura de un buen libro, en visionar una de esas grandes obras maestras del cine que casi todos tenemos en nuestras casas, o, simplemente, escuchando música. Es extremadamente placentero y, por supuesto, no haces daño a nadie. Todo lo contrario, te haces un favor a ti mismo. Y encima, no necesitas ser ningún potentado para hacerlo. En mi opinión, no existe nada comparable a la hora de emplear adecuadamente el tiempo libre. Y si encima logras que tu familia te acompañe y comparta esos gustos, y debo decir que yo he tenido mucha suerte, tanto en éste como en otros muchos aspectos, la felicidad es completa.

Dan bastante pena y, al menos en lo que a mí respecta, suscitan una absoluta sensación de rechazo. Todos hemos hablado, en alguna ocasión, de cosillas que acontecen en nuestro entorno, a nuestro alrededor. Pero lo que practican estos personajillos, cuyo único objetivo en la vida, consiste en difamar a los demás, es un cotilleo vil, a todas luces deleznable y, además, absolutamente indecente.

Por último, le he dicho que el tiempo pone a cada uno en su sitio, y tanto sus malintencionados detractores como los protagonistas de los ejemplos antedichos, ya ocupan el suyo con todos los honores. Lo llevan claro. Les queda mucho que sufrir. La envidia es lo que tiene. Se debe pasar realmente mal viviendo, día y noche, pendiente de las fortunas, historias y miserias ajenas. Pero se lo tienen bien merecido.

Nota aclaratoria: quiero dejar constancia de que, ni por lo más remoto, me considero ejemplo de nada ni para nadie. Cada persona es como es, y punto. Y, por descontado, no soy, ni mucho menos, el mejor ejemplo o candidato, aunque algunos sí tratan, sin éxito, de aparentarlo, a " padre o trabajador ejemplar del año ". Sinceramente, trabajo porque no tengo el dinero preciso para dejar de hacerlo. Si dispusiera de él, me plantearía la vida de una forma bien distinta, sobre todo, a raíz del triste fallecimiento de mis queridos padres ( si hay algo que me irrita, es no disponer del tiempo suficiente para dedicarlo, además de, por supuesto, a mi familia, a mis otras tres grandes pasiones, a las que antes he hecho referencia y, ya puestos, a escribir con mayor frecuencia en mis Blogs ). Pero sí puedo presumir de dos cositas. La primera, de que nunca, insisto nunca, me las he ido dando de nada. Y la segunda, de que jamás he dedicado tiempo alguno a ir crucificando a nadie, me caiga mejor o peor, con motivo o sin él. Los que me conocen bien, y son unos cuántos, han tenido numerosas ocasiones de comprobar que no me importa en absoluto lo que tengan o dejen de tener los demás. Me importa lo que tengo yo y, sobre todo, intentar conseguir que mis hijos se conviertan en adultos responsables y no en unos auténticos cantamañanas. Lo demás me da exactamente igual, y lo considero total y absolutamente banal.

Sí debo reconocer que, en más ocasiones de las que hubiese deseado, me he visto obligado a " entrar al trapo ", pero, eso sí, en legítima defensa, cuando he visto que, de forma subrepticia y cobarde, se me atacaba a mí, a mi familia o o mis amigos. Pero lo he hecho de frente y no a escondidas ni a través de terceras personas, como en el caso de mi amigo.

LAS NUECES Y EL ACTIMEL DE DANONE.

Mi situación es crítica. En media hora aproximadamente, estaré en casa al objeto de acudir a mi cita diaria con el suculento menú que, a estas horas, ya tendré preparado. Hasta aquí todo normal. Pero me enfrento a un más que serio problema.

Como todas las mañanas, mi querida mujer, me ha pelado unas nueces ( al parecer, sirven para rebajar el nivel de colesterol que, también al parecer, puesto que llevo años sin hacerme análisis de sangre alguno, y de acuerdo con el último que me realizaron, tengo un poquito alto ), y las ha envuelto, concienzudamente, en papel albal. Junto al improvisado paquetito, también me deja un Actimel de Danone. Lo que sea, con tal de cuidarme.

La fatalidad, y, sobre todo, el hecho de que recién levantado, y hasta pasada una hora, mis neuronas no logran alcanzar un pleno rendimiento, ha querido que, como en otras ocasiones, sus esfuerzos no lograsen el beneficioso resultado que, para mi salud, supone ingerir tales alimentos.

¡¡¡ Que me los he dejado olvidados en casa, vamos !!!.

Un minuto después de abandonar el hogar, en coche, por supuesto, he recibido una llamada, de ésas que denominamos perdidas. Como a cada persona cuyo teléfono tengo almacenado en el móvil, le tengo asignada una melodía distinta, no ha sido necesario que le sacara del bolsillo, para reconocer la que estaba sonando en esos momentos. Era la Marcha Imperial compuesta por John Williams para la banda sonora de “ La Guerra de las Galaxias “ ( “ Star Wars “ ). Si la conocéis, adivinaréis lo que me llevó a elegirla. Cuando escuchas sus marciales y recios compases, y da igual el estado de ánimo en el que te encuentres, digamos que “ te pones firme “, jajaja. No es Darth Vader el que te llama, pero casi casi.

He devuelto la llamada, preocupado por si hubiese ocurrido algo malo, pero no ha descolgado. Lo que ha hecho que me preocupase aún más y, de repente, como en un violento flashback, acompañado de un ¡¡¡ Coño, las nueces !!! ( con perdón, pero me ha sido imposible evitarlo ), he comprendido la inquietante razón y, al mismo tiempo, intuido el mensaje que tal acción llevaba implícito.

Sería algo así como “”” Majete, te has vuelto a olvidar las nueces y el actimel. Da ahora mismo la vuelta y ven por ellos. Tienes la cabeza únicamente para llevarla sobre los hombros. “””.

De todas formas, en menos de media hora, obtendré el texto completo, y en vivo, de ese mensaje y, por supuesto, las nueces y el Actimel, esperándome sobre la mesa.

Con gran serenidad y valentía por mi parte, todo hay que decirlo, he continuado el camino hacia la oficina, aún a sabiendas de la reprimenda que recibiría a la hora de comer, merecida por otra parte. Incluso he mirado varias veces por la ventana, por si aparecía de improviso, con las viandas allí mismo.

Bueno. Me voy. La suerte está echada. Hay que tener valor y cruzar la puerta con paso firme. Que no note mis nervios. Mantengamos la calma a toda costa y comámonos esas nueces y el Danone, aunque sea fuera del horario previsto y deseable.

Continuaré informando ... .