EL ASESINATO DE CRISTINA MARTÍN EN SESEÑA : OTRA CRUEL SALVAJADA MÁS. Y ESTO NO HA HECHO MÁS QUE EMPEZAR.
Por desgracia, es muy probable que cuando leáis estas líneas, ya estéis enterados del atroz crimen perpetrado por una estudiante de 14 años. La víctima, de tan solo 13, ha sido presuntamente asesinada por la primera. Recibió una llamada telefónica, y quedaron, al parecer, para pelearse, por un motivo que aún no está del todo claro. Se citaron en un lugar de las afueras de la localidad, y lo que comenzó siendo una riña más entre adolescentes, ha terminado con la violenta muerte de una de las implicadas.
Parece mentira que cosas así puedan ocurrir, y menos cuando hablamos de niñas, porque, aunque ciertos sectores de la sociedad, que enfocan deliberada, y muy equivocadamente, el concepto de libertad, que pretenden también trasladar y aplicar a sus pequeños, consideran a los menores, incluidos sus hijos, como auténticos adultos, maduros y plenamente responsables de sus actos, piensan, como peligrosos inconscientes, que esto no es así.
Me van a perdonar los padres que así opinan, pero están completamente equivocados y, con tal actitud, exponen a sus pequeños, a situaciones y peligros que, precisamente por su edad, aún no pueden ni deben afrontar. Los niños son niños. Los hijos son hijos ( y no amigos, pero de eso ya traté extensamente en mi anterior post ). Y los niños, únicamente niños. Y una persona, con 12, 13 o 14 años, queramos o no reconocerlo, sigue siendo un niño. Muchos se alegran cuando sus hijos adoptan comportamientos de adultos a tan corta edad. Insisto, es una equivocación y un error garrafal.
Lo vemos a diario. En las calles de nuestras localidades de residencia. Adolescentes, más bien niños y niñas, de 12, 13 y 14 años, incluso menos, que tras acudir, en el mejor de los casos, al Colegio o Instituto, por la mañana, dedican la tarde completa, y a diario, a salir con sus amigos y amigas. No estudian, y, por lo que se ve, ni siquiera tienen deberes que hacer. Vuelven a sus casas para cenar, y se ponen a ver la tele o a navegar por Internet, sin control alguno por parte de sus padres. Internet, a esa edad, y sin supervisión alguna, supone un peligroso entretenimiento para ellos.
Los fines de semana, incluso llegan a emborracharse. Algunos, a pesar de su corta edad, incluso empiezan a coquetear con las drogas.
Contemplamos, al menos yo sí, a chicas, más bien niñas, que ya tienen novio y todo. Y no se limitan a lo que entendemos por “ tontear “. Van de la mano con él por la calle durante el día. Se besan. Se acarician también. Y no quiero pensar, aunque lo sé, lo que harán en esos otros incontables momentos que pasan juntos. Y son muchas horas, demasiadas, no os quepa la menor duda. Luego vienen los disgustos y las lamentaciones, pero, lamentablemente, suele ser ya tarde. Con gran tristeza, he sido testigo de varias escenas protagonizadas por parejas en las que ninguno de los dos superaba las 13 años, que parecían sacadas de un video o película porno. La diferencia es que en éstas, los protagonistas son, o deberían serlo al menos, mayores de edad.
He llegado a contemplar a chicos que, a cambio de sus “ servicios “, les ofrecían drogas, dinero o incluso, recargar la tarjeta de su móvil. Y las niñas, accedían a tales pretensiones sin mayor problema.
Algunos adolescentes forman violentas y asilvestradas pandas y, al parecer, lo único que “ les pone “, además de lo ya expuesto, es hacer la vida imposible a sus compañeros, llegando incluso al maltrato con ellos, cometer una barrabasada detrás de otra, y emplear así las tardes y los fines de semana. Una manera muy curiosa de divertirse.
Y mientras tanto, ¿¿¿ qué narices hacen sus padres ???. ¿¿¿ Acaso están ciegos y sordos ???. ¿¿¿ O es que son mudos ???. Comprendo que es tremendamente difícil enfrentarse a este tipo de problemática. Y más, si se trata de un hijo o de una hija.
Pero lo que no se puede hacer, en ningún caso, es darles la espalda. Dejar que hagan todo lo que se les antoje. Y, encima, al mismo tiempo, justificarlo diciendo que sus hijos son sus amigos y como a tales los tratan.
Aunque fuese así, que no lo es, yo no dejaría a un amigo tan abandonado a su suerte, como muchos hacen con sus hijos-amigos. Intentaría analizar su problema y el lío en el que estuviese metido Hablaría con él, intentaría razonar, le prestaría toda mi ayuda y le aconsejaría al respecto. Pero no me mantendría como en un mundo aparte, sin querer saber nada de lo que le está ocurriendo. Eso sería mucho más cómodo. Pero no estaría bien.
¿¿¿ Qué problema tienen esos padres ???. ¿¿¿ No se dan cuenta del peligro que, hoy en día, corre un menor, con 12 o 13 años, en la calle todo el día, y parte de la noche ???.
Ellos, los padres, son el problema. Efectivamente, están ciegos y sordos. No comprenden, ni son capaces de asumir, la responsabilidad tremenda de cuidar y proteger a sus hijos. Se creen liberales y progres, dejando que hagan lo que les viene en gana. Es, como ya he dicho, un tremendo error, y, tarde o temprano, pagarán por él, tanto ellos como sus desafortunados pequeños. Son unos tremendos inconscientes y unos arriesgados inmaduros.
Las consecuencias pueden llegar a ser terribles. Quizá no en todos los casos, puesto que hay menores que, por su cuenta, saben reaccionar a tiempo, incluso sin la ayuda de sus padres. Pero otros, la inmensa mayoría, y como es lógico, no son capaces de lograrlo. Y, claro está, se producen sucesos tan atroces y deleznables como éste.
La presunta asesina ha golpeado con una piedra a su víctima, le ha desgarrado las muñecas, y la pobre Cristina, según he leído, ha fallecido desangrada. Desangrada y sola. Sin sus padres. Un horror.
Ahora este asesinato será politizado, tanto por la derecha como por la izquierda. Ambos intentarán obtener todo el beneficio político que puedan con él. Pero nada ni nadie podrá consolar a esos padres que nunca volverán a ver a Cristina en su habitación, nunca la tendrán sentada, a su lado, en la mesa, a la hora de comer. Su vida ha quedado destrozada para siempre, al igual que la de su hija.
La de los otros padres, seguro que también. Y la de la presunta asesina, ..., pues podéis haceros una idea de lo que será de ella en el futuro.
Una verdadera lástima. Y lo peor de todo, es que nos quedan muchas más cosas de este tipo por ver.
¡¡¡ Vaya mundo que estamos construyendo, unos con más ganas que otros, para nuestros hijos !!!.
Parece mentira que cosas así puedan ocurrir, y menos cuando hablamos de niñas, porque, aunque ciertos sectores de la sociedad, que enfocan deliberada, y muy equivocadamente, el concepto de libertad, que pretenden también trasladar y aplicar a sus pequeños, consideran a los menores, incluidos sus hijos, como auténticos adultos, maduros y plenamente responsables de sus actos, piensan, como peligrosos inconscientes, que esto no es así.
Me van a perdonar los padres que así opinan, pero están completamente equivocados y, con tal actitud, exponen a sus pequeños, a situaciones y peligros que, precisamente por su edad, aún no pueden ni deben afrontar. Los niños son niños. Los hijos son hijos ( y no amigos, pero de eso ya traté extensamente en mi anterior post ). Y los niños, únicamente niños. Y una persona, con 12, 13 o 14 años, queramos o no reconocerlo, sigue siendo un niño. Muchos se alegran cuando sus hijos adoptan comportamientos de adultos a tan corta edad. Insisto, es una equivocación y un error garrafal.
Lo vemos a diario. En las calles de nuestras localidades de residencia. Adolescentes, más bien niños y niñas, de 12, 13 y 14 años, incluso menos, que tras acudir, en el mejor de los casos, al Colegio o Instituto, por la mañana, dedican la tarde completa, y a diario, a salir con sus amigos y amigas. No estudian, y, por lo que se ve, ni siquiera tienen deberes que hacer. Vuelven a sus casas para cenar, y se ponen a ver la tele o a navegar por Internet, sin control alguno por parte de sus padres. Internet, a esa edad, y sin supervisión alguna, supone un peligroso entretenimiento para ellos.
Los fines de semana, incluso llegan a emborracharse. Algunos, a pesar de su corta edad, incluso empiezan a coquetear con las drogas.
Contemplamos, al menos yo sí, a chicas, más bien niñas, que ya tienen novio y todo. Y no se limitan a lo que entendemos por “ tontear “. Van de la mano con él por la calle durante el día. Se besan. Se acarician también. Y no quiero pensar, aunque lo sé, lo que harán en esos otros incontables momentos que pasan juntos. Y son muchas horas, demasiadas, no os quepa la menor duda. Luego vienen los disgustos y las lamentaciones, pero, lamentablemente, suele ser ya tarde. Con gran tristeza, he sido testigo de varias escenas protagonizadas por parejas en las que ninguno de los dos superaba las 13 años, que parecían sacadas de un video o película porno. La diferencia es que en éstas, los protagonistas son, o deberían serlo al menos, mayores de edad.
He llegado a contemplar a chicos que, a cambio de sus “ servicios “, les ofrecían drogas, dinero o incluso, recargar la tarjeta de su móvil. Y las niñas, accedían a tales pretensiones sin mayor problema.
Algunos adolescentes forman violentas y asilvestradas pandas y, al parecer, lo único que “ les pone “, además de lo ya expuesto, es hacer la vida imposible a sus compañeros, llegando incluso al maltrato con ellos, cometer una barrabasada detrás de otra, y emplear así las tardes y los fines de semana. Una manera muy curiosa de divertirse.
Y mientras tanto, ¿¿¿ qué narices hacen sus padres ???. ¿¿¿ Acaso están ciegos y sordos ???. ¿¿¿ O es que son mudos ???. Comprendo que es tremendamente difícil enfrentarse a este tipo de problemática. Y más, si se trata de un hijo o de una hija.
Pero lo que no se puede hacer, en ningún caso, es darles la espalda. Dejar que hagan todo lo que se les antoje. Y, encima, al mismo tiempo, justificarlo diciendo que sus hijos son sus amigos y como a tales los tratan.
Aunque fuese así, que no lo es, yo no dejaría a un amigo tan abandonado a su suerte, como muchos hacen con sus hijos-amigos. Intentaría analizar su problema y el lío en el que estuviese metido Hablaría con él, intentaría razonar, le prestaría toda mi ayuda y le aconsejaría al respecto. Pero no me mantendría como en un mundo aparte, sin querer saber nada de lo que le está ocurriendo. Eso sería mucho más cómodo. Pero no estaría bien.
¿¿¿ Qué problema tienen esos padres ???. ¿¿¿ No se dan cuenta del peligro que, hoy en día, corre un menor, con 12 o 13 años, en la calle todo el día, y parte de la noche ???.
Ellos, los padres, son el problema. Efectivamente, están ciegos y sordos. No comprenden, ni son capaces de asumir, la responsabilidad tremenda de cuidar y proteger a sus hijos. Se creen liberales y progres, dejando que hagan lo que les viene en gana. Es, como ya he dicho, un tremendo error, y, tarde o temprano, pagarán por él, tanto ellos como sus desafortunados pequeños. Son unos tremendos inconscientes y unos arriesgados inmaduros.
Las consecuencias pueden llegar a ser terribles. Quizá no en todos los casos, puesto que hay menores que, por su cuenta, saben reaccionar a tiempo, incluso sin la ayuda de sus padres. Pero otros, la inmensa mayoría, y como es lógico, no son capaces de lograrlo. Y, claro está, se producen sucesos tan atroces y deleznables como éste.
La presunta asesina ha golpeado con una piedra a su víctima, le ha desgarrado las muñecas, y la pobre Cristina, según he leído, ha fallecido desangrada. Desangrada y sola. Sin sus padres. Un horror.
Ahora este asesinato será politizado, tanto por la derecha como por la izquierda. Ambos intentarán obtener todo el beneficio político que puedan con él. Pero nada ni nadie podrá consolar a esos padres que nunca volverán a ver a Cristina en su habitación, nunca la tendrán sentada, a su lado, en la mesa, a la hora de comer. Su vida ha quedado destrozada para siempre, al igual que la de su hija.
La de los otros padres, seguro que también. Y la de la presunta asesina, ..., pues podéis haceros una idea de lo que será de ella en el futuro.
Una verdadera lástima. Y lo peor de todo, es que nos quedan muchas más cosas de este tipo por ver.
¡¡¡ Vaya mundo que estamos construyendo, unos con más ganas que otros, para nuestros hijos !!!.
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