LA ENTREGA DE LOS PREMIOS X-TRADE BROKERS EN EL PALACIO DE CONGRESOS Y EXPOSICIONES DE MADRID. UN EJEMPLO A SEGUIR.

Hace aproximadamente dos meses, me enteré, por casualidad, de que X-Trade Brokers ( Compañía dedicada al negocio de Bolsa on-line internet ), organizaba un concurso consistente en lograr, en el plazo de un mes, el mayor beneficio posible, operando en los mercados bursátiles, online y en tiempo real, mediante un programa informático que ellos mismos facilitaban a los concursantes, y que es una réplica exacta del que utilizan los clientes en su operativa habitual.

Descargabas el programita desde su página en internet, creabas una cuenta en modo demostración, y te ingresaban, en ella, 20.000 euros, naturalmente ficticios, para que comenzáramos a operar, directamente, en los mercados oficiales.

Decidí apuntarme y, tras instalar el programa, me dispuse a invertir esos euritos de mentira. Nada más comenzar, me topé con el primer problema. No se compraba un número fijo de acciones, sino que las operaciones se realizaban como en lotes o volumen de negociación. Sin saber exactamente lo que hacía ( ni exactamente ni por aproximación remota, jajaja ), los invertí alegremente.

A las 5 horas, abrí de nuevo el programa, y ya había perdido 5.000 euros, jajajajaja.

Al día siguiente, tras la cena, entré para ver si aún me quedaba algún euro suelto. Y sí, alguno quedaba. ¡¡¡ TENÍA 40.000 EUROS !!!. Había doblado el dinero en un día. No sabía cómo, pero mi inversión se duplicó como por arte de magia.

Muy entusiasmado, realicé otras seis o siete compras y lo dejé estar.

Una semana antes de que acabara el concurso, tras un montón de días sin mirarlo siquiera, y aunque no me lo podía creer, contaba con unos 80.000 Euros en mi cuenta. Insisto, euros de mentira, pero eso sí, 80.000. La cantidad que me entregaron, se había cuadriplicado.

Por esas fechas, que también es casualidad, Microsoft sacó al mercado su nuevo sistema operativo. El Windows 7. Y diréis, ¿ qué narices tiene que ver con el asunto expuesto ?. Pues mucho, mis queridos lectores. Fue mi perdición.

No existe otra Empresa en el mundo, que me haya causado más disgustos y obligado a emplear tantas y tantas horas, arreglando estropicios. Microsoft y sus continuos y cansinos cambios de sistema operativo ( parece culo de mal asiento el tal Gates ), han provocado, y aún lo siguen haciendo, un montón de cuelgues, pantallazos, de todos los colores del arco iris, en la pantalla del ordenador, errores en un buen montón de programas y periféricos, actualizaciones fallidas, ...., o sea, que no es precisamente mi preferida.

Pues bien. A pesar de mis nefastas experiencias con ella, no se me ocurrió nada mejor que comprar una cantidad desorbitada de acciones suyas ( que conste que cuando ejecuté la orden de compra, no tenía ni pajolera idea, por la razón explicada con anterioridad, del número exacto de participaciones que adquiría ). Pensé que el simple hecho de estrenar su nuevo producto, el Windows 7, tal y como había ocurrido en otras ocasiones, provocaría que su cotización subiera como la espuma.

¡¡¡ Y UNA MIE ....... !!!, con perdón. Esa fatal decisión, provocó un descenso brutal y drástico de mis ahorros. Menos mal que los euros no eran míos. Si lo hubieran sido, quizá me hubiera planteado, muy seriamente, un viaje relámpago a E.E.U.U., para agradecérselo, en persona y de forma tremendamente efusiva, al amigo Bill Gates.

Bueno. El caso es que me quedé con 40.000 Euros en la cuenta y pasé a ocupar el puesto 321 en la clasificación general del concurso ( los participantes eran más de 13.000, con lo que no estaba nada mal ). Pero claro, si no hubiese efectuado esa última operación, seguro que hubiera finalizado entre los 100 primeros ( igual termino haciendo esa visita a Gates ).

Algunos días más tarde, recibí la invitación para asistir a la entrega de premios. La cita era el jueves día 28, a las 20:30 horas, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid ( en la Castellana ). El programa era el siguiente:

- Acreditaciones.
- Vino español.
- Entrega de premios.
- Cena.
- Juegos de mesa
- Entrega de premios para los juegos de mesa.

Había 500 plazas y me llamaron por teléfono al móvil para decirme que me enviaban la invitación al correo electrónico. Ya había recibido ese correo, en dos o tres ocasiones, pero lo cierto es que lo había borrado en todas ellas. Pero al insistir tanto, entré en su página oficial, leí el programa del festejo y me animé.

Sinceramente debo reconocer que no esperaba demasiado de la fiesta, y que suponía que la cena, al estar incluida en dicha invitación, no sería muy fastuosa que digamos. Pero al ver lo de los juegos de mesa, que, por cierto, me encantan, no me lo pensé dos veces y acepté.

Se podía ir con un acompañante de tu libre elección ( o sea, con mi mujer, jajaja. Es broma, ¿ con quién mejor iba a ir ?, jajaja ). Luego, aunque tarde ya, nos enteramos, puesto que al identificarte en la entrada, preguntaban por el número de acompañantes a cada uno de los asistentes, de que hubiéramos podido invitar a algún amigo o familiar más ( hubo quien se presentó con cuatro o cinco amiguetes ). Es una pena, porque, y ahora os lo cuento, casi nos ponemos malos, en varios momentos de la celebración, de los ataques de risa que ambos sufrimos. Pero malos, malos, malos, jajaja.

Entramos. Dejamos los abrigos. Nos ofrecen hacernos una foto, pero declinamos amablemente la oferta. Subimos unas escaleritas, mientras nos saludan unas 10 azafatas, todas muy guapas por cierto. Y llegamos a un salón amplísimo, con catorce o quince mesas, muy grandes, hermosas y redondas, en las que no faltaba de nada. Varios camareros se paseaban a nuestro lado, ofreciéndonos bebida continuamente ( cerveza, vino, refrescos de todas clases, zumos, cubatas, licores, .... ).

Repartidos entre las mesas, no menos de 10 cortadores de jamón, iban deshojando otros tantos jamones, todos ellos de pata negra, y depositando la finas lonchas en platos que iban a parar a las mencionadas mesas y, segundos más tarde, al estómago de los asistentes.

Pensé que, lógicamente, y la verdad es que tampoco se podía pedir mucho más, a esto se referían al hablar de cena en el programa. ¡¡¡ PERO QUÉ VA !!!.

Durante casi una hora y media, no pararon de servir platos diferentes, y cada uno más apetecible que el anterior. Todos ellos eran de una calidad y presentación admirable. Hasta el surtido de chuches variadas estaba exquisito. Patatas fritas, frutos secos, aceitunas, el ya mencionado jamón de pata negra, gambas con guacamole, huevas de esturión, montaditos de todas las clases, ........ .

Sobre las diez de la noche, comenzó la entrega de premios. Presentaba el acto D. Ramón Langa ( actor de cine, pero sobre todo de teatro, y doblador de algunos de los más famosos astros de Hollywood, como Bruce Willis y Kevin Costner, si no me falla la memoria ni el oido ). La ganadora absoluta, fue una mujer, que logró convertir los 20.000 euros iniciales, en unos 450.000 ( no está nada mal, ¿ verdad ? ). Indudablemente, se lo merecía. El premio : nada más, y nada menos, que un precioso Porsche Cayman. . Claro que el problema vendrá a la hora de contratar el seguro del cochecito y hacer frente a las sucesivas revisiones y reparaciones ( importes que pueden causar a su propietaria, más de un pequeño temblor de piernas ).

Según presentaban a los ganadores, un experto en Bolsa, comentaba las estrategias que éstos habían empleado para obtener tan suculentas ganancias. Menos mal que yo no era uno de ellos. No creo que ni el más destacado experto en Bolsa, hubiese sido capaz de comprender y menos aún explicar, la inteligente estrategia que utilicé yo, jajaja.

A continuación, un espectáculo de magia, ejecutado por un profesional que nos dejó con la boca abierta en varios momentos de su actuación, puso fin a esa parte del acto.

Yo ya me preparaba para esos juegos de mesa prometidos, cuando el Sr. Langa, con esa voz tan ronca y profunda que le caracteriza, anunció que aún seguirían sacando más comida. ¿¿¿ Todavía más ???. Pues sí, aún quedaba más. De nuevo el jamón ( yo creo que más de diez jamones cayeron esa noche ), aceitunas y tal, pero ahora acompañado de montaditos de todas las clases posibles, sandwiches variados, croquetas, pescado adobado, calamares, croissants rellenos, pulgas ( comestibles, no bichos repugnantes de ésos ), pastelitos salados con sorpresas muy agradables en su interior, tortillas, cazuelitas de barro repletas de albóndigas, canapés de queso gratinado, pastelitos dulces ( a destacar unas trufas que estaban de muerte ), .........

Estuve a punto de acercarme a uno de los camareros y rogarle que dejase de traer comida. No me importaba que repitiese platos que ya había probado. Pero le iba a pedir, por favor, que no trajera nuevos alimentos, puesto que, en ese caso, no me quedaría más remedio que probarlos. Y mi estómago, al igual que el del resto de mortales, tiene un límite que no es nada conveniente forzar.

Por fin, y dado que la gente no cesaba de comer y, todo hay que decirlo, beber como auténticos cosacos, el Sr. Langa hizo una inteligente observación por megafonía : “”” Los que se han apuntado a los juegos de mesa, pueden ir acercándose al sitio dispuesto a tal efecto, y, por supuesto, pueden llevar consigo sus canapés y copas “””.

Se trataba de un único juego. Le pregunté a una de las azafatas en qué consistía. Me dijo que era un Trivial, pero un poquito especial. Sólo se hacían preguntas relacionadas con la Bolsa. Comenté que si no había ni una sola cuestión de cultura general, cine música, ...., pero me respondió que no. Yo mantuve el tipo y me dispuse a demostrar mis amplísimos conocimientos al respecto, jajaja.

No quiere extenderme más. Sólo os diré que la azafata que nos planteaba las sucesivas preguntas, tuvo que hacer considerables esfuerzos, en más de una ocasión, para contener las lágrimas. Éramos ocho jugadores en cada mesa . Conseguí llegar hasta el final, pero, al caer en una casilla que suponía reducir a la mitad, el dinero ficticio que nos entregaron al principio de la partida, ganó la compañera situada a mi izquierda.

Lo mejor : las preguntas. Tras varias respuestas acertadas, más por intuición que por otra cosa, la azafata, que tampoco tenía conocimientos sobre la materia, me formuló la más graciosa de toda la noche. Conteniendo la risa, preguntó: “”” Dígame qué es el KIWI. Con la misma cara de póker que mantuve toda el tiempo, inquirí : ¿¿¿ De verdad me estás preguntando por el KIWI ???. La chica tardó en contestarme, pues la risa impedía que articulase palabra alguna.

Me dijo que sí y me dio a elegir entre varias contestaciones posibles. Una que si no sé qué narices de bonos en Zimbawe. Otra, lo mismo, pero de Nueva Zelanda. Y de la tercera, ni me acuerdo.

“”” Está chupado “””, contesté con pasmosa serenidad. La tercera posibilidad la excluí directamente. Desconozco la razón exacta, pero la eliminé. Y con una lógica aplastante, argumenté que en Zimbawe no saben ni lo que son los kiwis, mientras que en Nueva Zelanda, hay mogollón. Por supuesto, elegí la “ b “, acerté, y llegué a la ansiada casilla final. Por cierto, luego me enteré, que en Bolsa, el KIWI es el nombre por el que se conoce a los bonos denominados en dólares, emitidos desde Nueva Zelanda. No es la fruta, por supuesto, pero, a los efectos del jueguecito de marras, mi respuesta fue perfectamente válida.

Ahora en serio, desde aquí quiero felicitar a X-Trade Brokers, por la excelente organización de esa entrega de premios, y por la velada tan agradable y divertida con la que nos obsequió. Una cena exquisita, dos actuaciones ( la del mago y otra, en directo también, de un vocalista interpretando, espléndidamente, varios temas musicales ), y, sobre todo, una presentación muy escueta, y nada aburrida, de su Empresa, sin que hubiera un solo intento de aproximación a los asistentes con la, por otro lado muy lógica, pretensión de captar nuevos clientes para la misma.

Aunque si tenemos en cuenta lo ocupadísimos que andábamos todos con la suculenta comida, no sé si hubiésemos sido capaces de prestar demasiada atención a sus amenas explicaciones.