ASESINA A SU MARIDO POR CELOS. Y YA VA POR EL TERCERO. SU NOMBRE : IRINA RIBALKO.
Una mujer, de nacionalidad rusa, Irina Ribalko, asesinó el año pasado, utilizando para ello un cuchillo de cocina, a su esposo, tras sufrir un repentino y violento ataque de celos. De paso, y como al parecer, era su propia hija la que ella pensaba que provocaba a su pareja, la arreó otra cuchillazo a ella. Por suerte, ésta sí sobrevió.
Hasta aquí, y dentro de lo que cabe, todo más o menos normal.
Pero no. No es normal, para nada. Resulta que no es la primera vez que esta buena señora esgrime el cuchillo en cuestión, y siempre con fatales consecuencias. Anteriormente, ya había agujereado a otros dos maridos. A todos los acuchilló en la misma vivienda. Y durante celebraciones familiares en las que, por lo visto, se ponía las botas bebiendo vodka. El procedimiento fue idéntico: pillaba un cuchillo de cocina y se lo hundía entre costilla y costilla.
Su primer matrimonio tuvo lugar en el año 1.992, a la edad de 28 años. Varios meses después de la boda, poseída por los celos, le asesinó cuchillo en mano. Fue juzgada y la condenaron a una pena de prisión de 4 años.
Nada más salir de la cárcel, en 1.997, y supongo que al sentirse solita, se ligó a un jovencito, al que sacaba 10 años de edad ( ella había cumplido los 33), y de nuevo subió al altar. Al mes y medio, otra fiesta, más vodka para el cuerpo, y le asestó varias puñaladas. El resultado: otro marido menos por el que preocuparse.
En esta ocasión, la condena fue de 10 años, transcurridos los cuáles, quedó de nuevo en libertad.
Con sus 43 primaveras recién cumpliditas, pero con unas comprensibles ganas de rehacer su triste existencia, ni corta ni perezosa, sino más bien al contrario, volvió a enganchar a otro pobre hombre, también más joven que ella. Tras un par de meses de convivencia, celebra de nuevo la peligrosa fiestecita familiar acostumbrada, que termina con un viajecito a la cocina, al objeto de abrir el cajón en el que guarda sus siempre afilados cuchillos, y las respectivas cuchilladas que acabaron, en 2.008, con la vida de su tercer maridito. Ha sido juzgada en 2.009, y la condena impuesta ha sido de 12 años.
Se me ocurren una serie de reflexiones al respecto, que paso a detallar a continuación:
1.- Los asesinatos se han producido siempre en la misma casa y, si no me equivoco, en la cocina, al menos en dos ocasiones. Por supuesto, los hombres han sido acuchillados en la población en la que reside esta señora tan celosa y violenta.
Por lo tanto, sería lógico pensar que toda la localidad, por no decir la madre Rusia entera, habría oído hablar de ella y de cómo las gasta.
2.- ¿ Qué les pasa a sus sucesivos maridos ?. ¿ Es que no leen los periódicos ?. ¿ Tampoco ven la tele ?. Lo digo porque, si son plenamente conscientes de con quién se van a “ jugar los cuartos “, le han echado un buen par de ......, a la hora de contraer matrimonio con esta especie de viuda negra .
3.- ¿ Utilizará siempre el mismo cuchillo ?. Es de suponer que no. tendrá que comprar uno nuevo al salir de la prisión una vez cumplidas sus condenas, puesto que, cada vez que haya utilizado uno, se lo habrá requisado la Policía. ¡¡¡ menudo presupuesto en cuchillos y/o afiladores, debe tener esta acuchillador olímpica !!!. Claro que, si le pilla cerca el Carrefour ( o como quiera que allí se llame ), seguro que encuentra alguna oferta de esas del 3x2.
4.- Si el segundo y tercer marido conocían sus aficiones y costumbres, deberían haberse mosqueado en el momento en que Irina les propusiese montar un festejo familiar, y, en consecuencia, haber salido corriendo de allí como almas que lleva el diablo.
5.- La última condena ha sido de 12 años ( en Rusia parece que no tienen demasiado claro el concepto legal de reincidencia o, cuando menos, lo aplican muy suavemente), con lo que en el año 2.021 quedará libre como un pajarito. Habrá cumplido ya 57 añitos. Igual le queda tiempo, antes de empezar a cobrar la jubilación ( que, dicho sea de paso, la tiene completamente merecida ), para ventilarse a un par de maridos más.
Sería muy conveniente, dado que según parece, hay gente que ni lee prensa ni ve informativos, poner carteles de advertencia por las calles de Novosibirks ( Siberia ), que es la localidad que bate todos los records rusos en ventas de cuchillos y en maridos rebanados ( una foto tamaño folio y algo así bastaría: “”” La mujer de la foto se llama Irina. Ya lleva tres maridos cepillados. ¿¿¿ DE VERDAD QUIERES SER TÚ EL PRÓXIMO ??? """ ) . De lo contrario, igual volvemos a saber de esta salvaje en el futuro.
Hasta aquí, y dentro de lo que cabe, todo más o menos normal.
Pero no. No es normal, para nada. Resulta que no es la primera vez que esta buena señora esgrime el cuchillo en cuestión, y siempre con fatales consecuencias. Anteriormente, ya había agujereado a otros dos maridos. A todos los acuchilló en la misma vivienda. Y durante celebraciones familiares en las que, por lo visto, se ponía las botas bebiendo vodka. El procedimiento fue idéntico: pillaba un cuchillo de cocina y se lo hundía entre costilla y costilla.
Su primer matrimonio tuvo lugar en el año 1.992, a la edad de 28 años. Varios meses después de la boda, poseída por los celos, le asesinó cuchillo en mano. Fue juzgada y la condenaron a una pena de prisión de 4 años.
Nada más salir de la cárcel, en 1.997, y supongo que al sentirse solita, se ligó a un jovencito, al que sacaba 10 años de edad ( ella había cumplido los 33), y de nuevo subió al altar. Al mes y medio, otra fiesta, más vodka para el cuerpo, y le asestó varias puñaladas. El resultado: otro marido menos por el que preocuparse.
En esta ocasión, la condena fue de 10 años, transcurridos los cuáles, quedó de nuevo en libertad.
Con sus 43 primaveras recién cumpliditas, pero con unas comprensibles ganas de rehacer su triste existencia, ni corta ni perezosa, sino más bien al contrario, volvió a enganchar a otro pobre hombre, también más joven que ella. Tras un par de meses de convivencia, celebra de nuevo la peligrosa fiestecita familiar acostumbrada, que termina con un viajecito a la cocina, al objeto de abrir el cajón en el que guarda sus siempre afilados cuchillos, y las respectivas cuchilladas que acabaron, en 2.008, con la vida de su tercer maridito. Ha sido juzgada en 2.009, y la condena impuesta ha sido de 12 años.
Se me ocurren una serie de reflexiones al respecto, que paso a detallar a continuación:
1.- Los asesinatos se han producido siempre en la misma casa y, si no me equivoco, en la cocina, al menos en dos ocasiones. Por supuesto, los hombres han sido acuchillados en la población en la que reside esta señora tan celosa y violenta.
Por lo tanto, sería lógico pensar que toda la localidad, por no decir la madre Rusia entera, habría oído hablar de ella y de cómo las gasta.
2.- ¿ Qué les pasa a sus sucesivos maridos ?. ¿ Es que no leen los periódicos ?. ¿ Tampoco ven la tele ?. Lo digo porque, si son plenamente conscientes de con quién se van a “ jugar los cuartos “, le han echado un buen par de ......, a la hora de contraer matrimonio con esta especie de viuda negra .
3.- ¿ Utilizará siempre el mismo cuchillo ?. Es de suponer que no. tendrá que comprar uno nuevo al salir de la prisión una vez cumplidas sus condenas, puesto que, cada vez que haya utilizado uno, se lo habrá requisado la Policía. ¡¡¡ menudo presupuesto en cuchillos y/o afiladores, debe tener esta acuchillador olímpica !!!. Claro que, si le pilla cerca el Carrefour ( o como quiera que allí se llame ), seguro que encuentra alguna oferta de esas del 3x2.
4.- Si el segundo y tercer marido conocían sus aficiones y costumbres, deberían haberse mosqueado en el momento en que Irina les propusiese montar un festejo familiar, y, en consecuencia, haber salido corriendo de allí como almas que lleva el diablo.
5.- La última condena ha sido de 12 años ( en Rusia parece que no tienen demasiado claro el concepto legal de reincidencia o, cuando menos, lo aplican muy suavemente), con lo que en el año 2.021 quedará libre como un pajarito. Habrá cumplido ya 57 añitos. Igual le queda tiempo, antes de empezar a cobrar la jubilación ( que, dicho sea de paso, la tiene completamente merecida ), para ventilarse a un par de maridos más.
Sería muy conveniente, dado que según parece, hay gente que ni lee prensa ni ve informativos, poner carteles de advertencia por las calles de Novosibirks ( Siberia ), que es la localidad que bate todos los records rusos en ventas de cuchillos y en maridos rebanados ( una foto tamaño folio y algo así bastaría: “”” La mujer de la foto se llama Irina. Ya lleva tres maridos cepillados. ¿¿¿ DE VERDAD QUIERES SER TÚ EL PRÓXIMO ??? """ ) . De lo contrario, igual volvemos a saber de esta salvaje en el futuro.
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