UN HINDÚ LLEVA MÁS DE 70 AÑOS SIN COMER NI BEBER, GRACIAS AL TOQUE MÁGICO DE UNA DIOSA EN SU LENGUA.
Parece mentira, pero esto es más serio de lo que en un principio pudiera parecer. Sobre todo si fuese verdad, que va a ser que no.
Prahlad Jani, un indio, de los de la India, no de los que se cargaron al bravo General Custer en la célebre batalla de Little Big Horn, asegura llevar más de 70 años ( tiene aproximadamente 80 ), sin probar bocado ni beber una mísera gota de agua.
Ello se debe, siempre según su curioso relato de los hechos, a que cuando tenía 10 años, una amable y bien intencionada, en principio, Diosa de aquellos lares, de nombre Durga ( también se la conoce como Matajee ), se le apareció de repente, que es como suelen aparecerse estas singulares y caprichosas deidades, y le tocó la lengua ( desconozco si lo hizo con su mano o con alguna otra parte de su seguramente bella anatomía ).
A partir de ese momento, no le ha sido necesario ingerir alimento alguno, y su recién estrenado organismo tampoco necesita agua. Por lo tanto, y como consecuencia de ello, ni mea ni hace caquita desde hace más de siete décadas.
Se sometió a unas pruebas en un hospital local, con lo que no podemos calificarlas, ni mucho menos, de definitivas ni concluyentes en modo alguno, y resulta que, además de aguantar allí diez días sin comer ni beber, según el informe de los presuntos médicos que le observaron, mediante radiografías, fueron testigos de cómo el líquido que contenía su vejiga, se evaporaba y, claro está, no se veía obligado a acudir al servicio, a no ser que le apeteciera retocarse esa tupida barba que luce en la foto. Por cierto, en ella veo algo que que me inquieta. Está justo a su lado, en la cama. Un tenedor no creo que sea pues, entre otras cosas, no lo necesita ni siquiera para sacarse pedazitos de comida de entre sus dientes ( si es que tiene, que no sé yo ). Más bien se asemeja a un tridente. Y digo yo, ¿ para qué narices quieres ese hombre un tridente tan hermoso ?. Curioso y muy inquietante. Quizá esté harto de no tener ganas de comer, y lo tenga preparado para clavárselo a la bella diosa, si se le aparece de nuevo con la intención de tocarle alguna otra parte de su cuerpo.
Para apoyar su teoría, durante los días en que permaneció ingresado, ni se duchó. Así era imposible que tuviese ocasión de beber, Incluso cuando, según cuentan, se enjuagaba diariamente la boca, inmediatamente expulsaba también ese líquido.
Es decir, que no mantiene contacto alguno con el vital elemento conocido como agua. Es, por lo tanto, bastante probable que a rosas no huela precisamente este buen señor hindú.
De ser todo esto cierto, creo que el Sr. Zapatero, y unos cuantos dirigentes mundiales más, debieran interesarse por el asunto en cuestión y negociar con él. Si, como dice, se pone en contacto regularmente con esa diosa tan poderosa ( relata que la ve tres o cuatro veces a la semana ), no estaría de más rogarle que la dijera que se diera una vuelta por nuestro país y, sin prisa pero sin pausa, nos fuera asestando un toque de ésos que acostumbra, en la lengua, a todos y cada uno de los españolitos.
Nuestro recibo del Canal de Isabel II se vería drásticamente reducido. Por no hablar de lo que íbamos a ahorrar en comida. Si él lleva 70 años sin comer, nosotros podemos aguantar otros tantos sin problema. Por otro lado, al no mear ni expulsar residuos sólidos, podríamos condenar nuestros inodoros para siempre, con lo que el ahorro sería aún mayor. Se acabó tirar de la cadena.
Eso sí, hay que tener cuidado y asegurarnos de que el toque celestial nos lo dé la diosa exactamente en la lengua. Si, según este hombre, el mencionado contacto produce inapetencia, no quiero ni pensar que consecuencias nefasta tendría recibirlo en algún otro lugar de nuestro cuerpo, tan delicado o más que la lengua, y que aquí no mencionaré. A buen entendedor, pocas palabras bastan. La inapetencia puede ser buena, pero en según qué casos.
Prahlad Jani, un indio, de los de la India, no de los que se cargaron al bravo General Custer en la célebre batalla de Little Big Horn, asegura llevar más de 70 años ( tiene aproximadamente 80 ), sin probar bocado ni beber una mísera gota de agua.
Ello se debe, siempre según su curioso relato de los hechos, a que cuando tenía 10 años, una amable y bien intencionada, en principio, Diosa de aquellos lares, de nombre Durga ( también se la conoce como Matajee ), se le apareció de repente, que es como suelen aparecerse estas singulares y caprichosas deidades, y le tocó la lengua ( desconozco si lo hizo con su mano o con alguna otra parte de su seguramente bella anatomía ).
A partir de ese momento, no le ha sido necesario ingerir alimento alguno, y su recién estrenado organismo tampoco necesita agua. Por lo tanto, y como consecuencia de ello, ni mea ni hace caquita desde hace más de siete décadas.
Se sometió a unas pruebas en un hospital local, con lo que no podemos calificarlas, ni mucho menos, de definitivas ni concluyentes en modo alguno, y resulta que, además de aguantar allí diez días sin comer ni beber, según el informe de los presuntos médicos que le observaron, mediante radiografías, fueron testigos de cómo el líquido que contenía su vejiga, se evaporaba y, claro está, no se veía obligado a acudir al servicio, a no ser que le apeteciera retocarse esa tupida barba que luce en la foto. Por cierto, en ella veo algo que que me inquieta. Está justo a su lado, en la cama. Un tenedor no creo que sea pues, entre otras cosas, no lo necesita ni siquiera para sacarse pedazitos de comida de entre sus dientes ( si es que tiene, que no sé yo ). Más bien se asemeja a un tridente. Y digo yo, ¿ para qué narices quieres ese hombre un tridente tan hermoso ?. Curioso y muy inquietante. Quizá esté harto de no tener ganas de comer, y lo tenga preparado para clavárselo a la bella diosa, si se le aparece de nuevo con la intención de tocarle alguna otra parte de su cuerpo.
Para apoyar su teoría, durante los días en que permaneció ingresado, ni se duchó. Así era imposible que tuviese ocasión de beber, Incluso cuando, según cuentan, se enjuagaba diariamente la boca, inmediatamente expulsaba también ese líquido.
Es decir, que no mantiene contacto alguno con el vital elemento conocido como agua. Es, por lo tanto, bastante probable que a rosas no huela precisamente este buen señor hindú.
De ser todo esto cierto, creo que el Sr. Zapatero, y unos cuantos dirigentes mundiales más, debieran interesarse por el asunto en cuestión y negociar con él. Si, como dice, se pone en contacto regularmente con esa diosa tan poderosa ( relata que la ve tres o cuatro veces a la semana ), no estaría de más rogarle que la dijera que se diera una vuelta por nuestro país y, sin prisa pero sin pausa, nos fuera asestando un toque de ésos que acostumbra, en la lengua, a todos y cada uno de los españolitos.
Nuestro recibo del Canal de Isabel II se vería drásticamente reducido. Por no hablar de lo que íbamos a ahorrar en comida. Si él lleva 70 años sin comer, nosotros podemos aguantar otros tantos sin problema. Por otro lado, al no mear ni expulsar residuos sólidos, podríamos condenar nuestros inodoros para siempre, con lo que el ahorro sería aún mayor. Se acabó tirar de la cadena.
Eso sí, hay que tener cuidado y asegurarnos de que el toque celestial nos lo dé la diosa exactamente en la lengua. Si, según este hombre, el mencionado contacto produce inapetencia, no quiero ni pensar que consecuencias nefasta tendría recibirlo en algún otro lugar de nuestro cuerpo, tan delicado o más que la lengua, y que aquí no mencionaré. A buen entendedor, pocas palabras bastan. La inapetencia puede ser buena, pero en según qué casos.
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